Importancia del tema elegido.

3.3.- Importancia del tema elegido.

          Históricamente habría que situar más que el surgimiento del idioma español, las normas que le dieron solides a su bastimento desde su más mínima forma hasta su forma más extensa; comprendiendo de esta manera su importancia en la actualidad.
          En este sentido, una de las instituciones que ha tutelado al idioma español es la Real Academia Española (RAE),  fundada en Madrid el año 1713, bajo el reinado de Felipe V y por iniciativa de Juan Manuel Fernández Pacheco y Zúñiga, inspirada en el modelo de la Academia Francesa y el propósito de trabajar al servicio del lenguaje español. Desde entonces y hasta la fecha, ésta  institución se ha dedicado a preservar el buen uso y la unidad de una lengua en permanente evolución y expansión.
          Posteriormente, con la creación de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) en 1951, comienza a desarrollarse una política lingüística que implica la colaboración de las veintitrés academias de España, América y Filipinas, con el fin de fijar la norma común sobre léxico, gramática y ortografía para todos los hispanohablantes.
          Todos y cada uno de los esfuerzo hechos por estas instituciones se encaminaban a la construcción de pautas de actuación ante la formas de la lengua hablada y primordialmente la escrita; de ahí que la ortografía, rama de la gramática, sea el conjunto de reglas y convenciones que rigen el sistema de escritura habitual establecido para una lengua estándar.
          La actual ortografía española empieza a codificarse desde el siglo XVIII, con el establecimiento en 1727 de las primeras normas ortográficas por parte de la Real Academia Española al poco tiempo de su fundación. Hasta ese momento las vacilaciones en las grafías eran constantes: unos optan por soluciones fonéticas, tratando de adecuar su escritura a la pronunciación oral, y otros se decantaban por criterios etimologizantes, manteniendo grafías que carecían de correspondencia en la pronunciación del español de la época. El resultado era una falta de unidad que dificultaba la comprensión.
          Actualmente las 22 academias del español mantienen acuerdos que garantizan la unidad ortográfica. De este modo, la edición de la Ortografía de la lengua española (1999) fue la primera en ser elaborada con la colaboración consensuada de todas las academias de América y de Filipinas.
          Por ello, el desarrollo de las competencias básicas de escritura, conlleva el uso adecuado de las reglas ortográficas, aunado a la habilidad para comunicar con eficacia por escrito el pensamiento. Claro debe quedar, que una correcta ortografía no solo es ejemplo de una comunicación eficaz, sino que también de prestigio y autoridad.
          Aunque muchas metodologías señalan que la lectura es un recurso base para el desarrollo de las competencias de escritura, al argumentar que al decodificar un texto (pasar los ojos por las grafías) el cerebro  automatiza la manera en que las palabras están escritas; se corre el riesgo de que al formar lectores competentes no se asegure en su totalidad el empleo adecuado de las reglas ortográficas en situaciones comunicativas.
          Por tanto el secreto de las reglas ortográficas no está de sobra en la enseñanza básica, deben aprenderse en el aula las reglas de escritura; hay que trabajar con la ortografía, pero también hay que escribir “No se trata, entonces de dejar de escribir para enseñar ortografía, sino de reflexionar sobre la norma ortográfica en el interior de situaciones de escritura, ya que el conocimiento de dicha norma debe estar al servicio de la comunidad textual” Kaufman (1999).
          Es importante hacer un recuento de los estudios que se han efectuado con relación a la escritura, desde sus diferentes aristas, es en un principio analizar las teorías y los conceptos que hacen de la escritura un proceso complejo; así mismo comparar la forma en la que se está conceptualizando en los planes y programas de estudio y lo que se  está llevando a cabo en el aula.

Y es que, son los docentes mismos quienes se han percatado de la ardua labor pedagógica que se requiere para que los estudiantes adquieran las habilidades necesarias para favorecer la competencia comunicativa, lo que los lleva a pensar en la forma en las que deben planificar sus clases aludiendo a la metodologías constructivista. 

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